Hay quienes no perciben el valor de las cosas, de los momentos, de las personas, de las oportunidades. No perciben el valor de las cosas que no se ven, y no porque no puedan percatarse de ello, sino porque no se dan el permiso de percibir o de aceptar, el valor incalculable que tienen las cosas.
Personas que no aprenden de las experiencias pasadas, y vuelven a cometer los mismos errores, lastimandose y lastimando a los demás, personas que transitan por el camino de la indiferencia y no se detienen a pensar en lo que provocan en los demás, luego cuando ya es tarde, entonces lloran por los errores cometidos y que ya no pueden reparar, lloran por las personas que perdieron y que ya no pueden regresar.
Pero, tal vez aún estás a tiempo de detenerte a pensar y preguntarte, si Estas dispuesto a perderlo todo por tu actitud y tu orgullo? Por no aprender a dar un mejor trato a aquellos que lo merecen? Entiende que los demás no están dispuestos (ni tienen porque estarlo) a aguantar siempre malos tratos, entiende ya, que el precio por no aprender será la soledad.
No se puede estar la vida entera repitiendo los mismos ciclos, desechando las cosas que valen la pena, desvalorando y descalificando los demás y sus sacrificios y todo lo que hacen por ti. Aprende a darle valor a las cosas y a las personas, dale valor a las cosas que no se ven.