En los últimos dos años he aprendido tantas cosas, son lecciones que se quedaran por siempre, y que de alguna manera han transformado alguna parte de mi. He comenzado a entender que dar demasiado aunque sea de algo bueno, no resulta beneficioso en todos los casos, es como cuando riegas demasiado una planta, echarle demasiada agua hará que muera.
Hay ocasiones en las que darse por vencido y rendirse no es perder, es ganar, hay cosas que resultan imposibles de alguna manera y no porque no hayas puesto el empeño y la cantidad suficiente de fuerza y energía en ello. Esforzarse por alguien que no se esfuerza por si mismo no es del todo saludable.
Hay personas que no conocen nada y prefieren quedarse así, y no podemos hacer absolutamente nada para arrancarlos de ahí pues no es lo que desean. El amor no es un virus que se apodera del cuerpo, si no le abres la puerta no entra, necesita permiso para manifestarse, para nacer y crecer.
Para ayudar a alguien debes saber primero si esa persona desea ser ayudado e incluso si desea ayudarse a si misma, si no es así, la ayudas que des se irá como quien echa algo en saco roto.
No se le puede pedir peras al olmo, no se le puede pedir a alguien que de lo que no tiene, que se abra a lo que teme, que salga de su zona de confort, por mas esfuerzos que hagas para ellas si su deseo es otra cosa, los resultados serán escasos o nulos.
Amar a quien le tiene miedo al amor, no siempre va a resultar como en cincuentas sombras de Grey, no todos abrazan la luz, el amor, la vida, las oportunidades. No puedes intentar crecer al lado de alguien que no quiere crecer, porque de alguna manera o te estancas por permanecer a su ritmo, a su lado, o creces demasiado y la persona te odia por ello.
No se le puede dar a quien no ha pedido, a quien no sabe lo que quiere, a quien no sabe a donde va, ni lo que busca, porque quien no sabe todo esto, lo que encuentra no lo entiende, cualquier parada es su destino, cualquier cueva es su hogar, entonces no valora nada y todo se pierde.
No podemos perdernos por darnos a otros, no podemos dar a quien tiene las manos cerradas, no podemos entrar donde no hay puertas o ventanas.
El amor es la respuesta, la única salida, de todos modos no saldremos vivos de esta.
Bendiciones,
Ovent.
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