A veces sucede que perdemos el enfoque, y ponemos la vista en las cosas que no merecen la pena, dejando de ver las que realmente importan, y en vez de sumar bendiciones, las restamos, nos llenamos de miedo y resentimiento hacia la vida, y en el trayecto nos perdemos de las maravillas que tenemos al rededor.
Pensamos, o nos hacemos creer que lo correcto es poner una coraza o disfraz ante los demás para repeler que nos den lo que necesitamos, o para que estos no descubran lo que somos. A veces, llega el momento en que nosotros mismos no sabemos lo que somos o lo que necesitamos, y sucede que llega alguien que con sólo verte, con solo escucharte, logra saber quién eres y lo que realmente necesitas, dándote un pequeño, pero importante empujón, el necesario para ver la vida de manera distinta, y es entonces cuando descubres que te corresponde a ti dejarte llevar y ayudarte a ti mismo, elegir el camino correcto, y encontrar los colores de la vida, pues nadie mas que tú puede encaminarte hacia la luz.
Si sabes responder a ese pequeño empujón dejarás de restar bendiciones para empezar a valorar lo que posees y sumar, pero si tomas el empujón como un golpe, convertirás las bendiciones en maldiciones que afectaran tu vida y la de los que te rodean.
Date cuenta que puedes reencontrarte a ti mismo, en en espejo o tal vez en los ojos de otra persona, puedes levantarte y hacer las paces con la vida, con el amor, con las personas y contigo mismo, solo tienes que ver la vida a través del corazón y no con el ojo común, ser honesto contigo mismo y en vez de ocultarte, ser feliz.
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