Cuando ya no me quedaba nada, me quedabas tú, cuando no podía respirar, eras mi aire, cuando perdía el camino a casa encontraba en tus ojos mi propio hogar, mi rumbo, mi destino.
Cuando la soledad me seguía, tu presencia asustaba las sombras, ya no tenía miedo, tu amor me calmaba. Cuando mojaba la lluvia aparecias como un sol, eras verano en pleno otoño, cuando mis hojas caían y me dejaban desnudo.
Eras el antídoto a mi veneno, la estrella en mi oscuro cielo, el fruto de mi loco amor, la raíz de mi árbol secreto, el viento en mi tornado, la cordura en mi locura, el reloj de mi tiempo.
Cuando nadie me veía ahí estabas tú, cuando una lágrima caía podía mojarse en ti, cuando brillaba mi más sincera sonrisa la provocabas tú.
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