...Entender que no peleará por mí y que me tocará a mi pelear por ti y también por mí; sobrevivir a la rutina de los días por venir sin exigir que nada cambie. Ver la sorpresa en la caja de cristal y la verdad en la oscuridad, el color en la pared y el sabor amargo del té, quizás para quedarse un día más, sin la verdad, en aquel rincón de un recuerdo.
Se quedará esperando un mensaje lejano, una señal inesperada, sólo para tal vez comprobar que aún le ama, que no hay obstáculos que se interpongan, y que el camino los juntara una vez más en aquel lugar donde el recuerdo le hace llorar.
Podrá esperar una día más, tal vez un siglo, una eternidad, para encontrar su amor de nuevo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario