Hay quienes dicen que nunca se acaba de conocer a las personas, y yo creo que esto sucede no solo porque los seres humanos vivimos en constante cambio, sino además porque hay quienes no se detienen a conocer a las personas con las que conviven.
Los demás no saben o no conocen la luz o las sombras que poseemos en nuestro interior, porque simplemente no se detienen a escuchar la canción interior que suena a diario dentro de cada uno de nosotros, o tal vez porque no les interesa en lo mas mínimo conocer a las personas que dicen querer.
Hay quienes dibujan aquellas luces con colores brillantes, o sus sombras con negros o grises profundos, con tal de darlas a conocer a través de los sentimientos o para llegar mas lejos, de las palabras, para así mostrar lo que llevan dentro y dar a conocer su interior. Pero, aun así, las personas que dicen conocerles ni siquiera se imaginan las luces o sombras que estos cargan.
Es cierto que gritar no hará que te escuchen, pero, hay veces que susurras y nadie te escucha, hablas pausado y lento como una canción romántica y tampoco lo hacen, incluso, hasta señas haces y aun así no logras nada... entonces, no queda mas remedio que gritar.
Y aun gritando las personas desconocen lo que necesitas, desconocen que estas pidiendo auxilio, porque se vuelven egoístas y ciegos, y solo ven lo que les conviene. Solo escuchan los gritos pero no escuchan el mensaje.
La próxima ves que escuches a alguien, presta atención a sus palabras e intenta ver las luces o las sombras en su interior, tal vez te este regalando algo suyo, tal vez este pidiendo auxilio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario