El niño que había perdido la sonrisa de su alma

No soy la persona que quiero ser y tampoco vivo la vida que quiero, se dijo así mismo. Se subió en un pensamiento y viajo mas allá de la realidad solo para darse cuenta de algo que probablemente ya sabia, vivir no es solamente respirar.

Se había convertido en una sombra de si mismo, repetía cada día las mismas cosas, iba de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, ya no había una sonrisa pintada en su alma, sus sueños los había guardado en una rincón del corazón y aunque tenia ganas de hacerlos realidad, el solo hecho de querer algo no es suficiente, y todo quedaba en querer.

Su juventud se había apagado, su luz brillaba muy poco, caminaba por la vida sin un motivo, todo lo que hacia a diario era como un programa informático instalado en su cuerpo. Las ganas de vivir se habían perdido y ya nada tenía sentido alguno.

Las cosas que antes le gustaban ya no le causaban interés alguno, sentía pocas cosas, solo destacaba su rabia y enojo, apenas una media sonrisa se asomaba en su rostro... De vez en cuando una lágrima tras otra acariciaban sus mejillas.

Quería dejarlo todo y marcharse lejos, tal vez encontraría su verdadero lugar en el mundo lejos de aquí, tal vez podría encontrar su verdadero ser y vivir la vida que quería, tal vez solo tal vez podría encontrar un motivo real para volver a sonreír desde el corazón.

Continuará....

Escucha el mensaje

Hay quienes dicen que nunca se acaba de conocer a las personas, y yo creo que esto sucede no solo porque los seres humanos vivimos en constante cambio, sino además porque hay quienes no se detienen a conocer a las personas con las que conviven.

Los demás no saben o no conocen la luz o las sombras que poseemos en nuestro interior, porque simplemente no se detienen a escuchar la canción interior que suena a diario dentro de cada uno de nosotros, o tal vez porque no les interesa en lo mas mínimo conocer a las personas que dicen querer.

Hay quienes dibujan aquellas luces con colores brillantes, o sus sombras con negros o grises profundos, con tal de darlas a conocer a través de los sentimientos o para llegar mas lejos, de las palabras, para así mostrar lo que llevan dentro y dar a conocer su interior. Pero, aun así, las personas que dicen conocerles ni siquiera se imaginan las luces o sombras que estos cargan.

Es cierto que gritar no hará que te escuchen, pero, hay veces que susurras y nadie te escucha, hablas pausado y lento como una canción romántica y tampoco lo hacen, incluso, hasta señas haces y aun así no logras nada... entonces, no queda mas remedio que gritar.

Y aun gritando las personas desconocen lo que necesitas, desconocen que estas pidiendo auxilio, porque se vuelven egoístas y ciegos, y solo ven lo que les conviene. Solo escuchan los gritos pero no escuchan el mensaje.

La próxima ves que escuches a alguien, presta atención a sus palabras e intenta ver las luces o las sombras en su interior, tal vez te este regalando algo suyo, tal vez este pidiendo auxilio.