Nunca había pensado en encontrar en mi corazón un sentimiento como este nuevamente, había dejado de lado toda ilusión, pues estando solas, todas se marchitarían.
Me había prometido no volver a sentir algo así, pero las promesas no siempre se cumplen y terminas escupiendo hacia el cielo y la saliva cayendo en tu cara de inocente. Esta vez no es igual que las otras veces, aunque han sido pocas, han existido, pero esta vez es distinto, es fuerte y agridulce, como un trago de un fino whisky que te embriaga, te excita y te enloquece.
He luchado contra esto, por mucho tiempo he batallado, pero hay guerras que no se ganan, y esta es una de ellas. Lo peor es tener que tragarte todo y dejarlo sin aire por dentro, tratando de asfixiar su vida y que no vuelva a respirar, pero nada de lo que hagas funciona, pues no se niega a morir, ni siquiera porque no le corresponden.
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