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domingo, 20 de enero de 2019

Dudas en el camino

A veces no sé quién eres, que quieres, que haces, si estás o no estás, si te vas o te quedas, si necesitas espacio y tu propio tiempo o si me entrometí demasiado en tu vida, si di mas de lo que esperabas o te abrumó tanta energía y pasión.

A veces siento que me muestras un rostro que no conozco, y te vas, vuelves con otra cara y otras palabras, no sé si te quedarás esta vez o si volverás a marcharte dejando otra duda más.

No sé cuál es tu destino, tu punto de partida, o tu punto medio. Tal vez se confunde mi alma y no eres quien esperaba, o lo que siento que está ahí dentro ti.

¿Tus palabras son realmente tus palabras? ¿Es tu voz en realidad tu voz? ¿Usas una máscara o en realidad eres tú? ¿A dónde vas?

Nunca estas lo suficiente para quedarte, pero tampoco te vas lo suficiente para alejarte. Nunca dices un todo, pero tampoco un nada, todo es un punto medio contigo, ni blanco ni negro. Ni te quedas ni te vas. No sé en que terreno estaré pisando mañana cuando se trata de ti, o en que lugar estoy, ni que camino tomar para llegar a ti. Es como un acertijo del cual no sé la respuesta.

sábado, 19 de enero de 2019

¿Es el amor la respuesta?

En los últimos dos años he aprendido tantas cosas, son lecciones que se quedaran por siempre, y que de alguna manera han transformado alguna parte de mi. He comenzado a entender que dar demasiado aunque sea de algo bueno, no resulta beneficioso en todos los casos, es como cuando riegas demasiado una planta, echarle demasiada agua hará que muera.

Hay ocasiones en las que darse por vencido y rendirse no es perder, es ganar, hay cosas que resultan imposibles de alguna manera y no porque no hayas puesto el empeño y la cantidad suficiente de fuerza y energía en ello. Esforzarse por alguien que no se esfuerza por si mismo no es del todo saludable.

Hay personas que no conocen nada y prefieren quedarse así, y no podemos hacer absolutamente nada para arrancarlos de ahí pues no es lo que desean. El amor no es un virus que se apodera del cuerpo, si no le abres la puerta no entra, necesita permiso para manifestarse, para nacer y crecer. 

Para ayudar a alguien debes saber primero si esa persona desea ser ayudado e incluso si desea ayudarse a si misma, si no es así, la ayudas que des se irá como quien echa algo en saco roto.

No se le puede pedir peras al olmo, no se le puede pedir a alguien que de lo que no tiene, que se abra a lo que teme, que salga de su zona de confort, por mas esfuerzos que hagas para ellas si su deseo es otra cosa, los resultados serán escasos o nulos.

Amar a quien le tiene miedo al amor, no siempre va a resultar como en cincuentas sombras de Grey, no todos abrazan la luz, el amor, la vida, las oportunidades. No puedes intentar crecer al lado de alguien que no quiere crecer, porque de alguna manera o te estancas por permanecer a su ritmo, a su lado, o creces demasiado y la persona te odia por ello.

No se le puede dar a quien no ha pedido, a quien no sabe lo que quiere, a quien no sabe a donde va, ni lo que busca, porque quien no sabe todo esto, lo que encuentra no lo entiende, cualquier parada es su destino, cualquier cueva es su hogar, entonces no valora nada y todo se pierde.

No podemos perdernos por darnos a otros, no podemos dar a quien tiene las manos cerradas, no podemos entrar donde no hay puertas o ventanas.

El amor es la respuesta, la única salida, de todos modos no saldremos vivos de esta.

Bendiciones,

Ovent.

sábado, 5 de enero de 2019

No correspondido

Nunca había pensado en encontrar en mi corazón un sentimiento como este nuevamente, había dejado de lado toda ilusión, pues estando solas, todas se marchitarían.

Me había prometido no volver a sentir algo así, pero las promesas no siempre se cumplen y terminas escupiendo hacia el cielo y la saliva cayendo en tu cara de inocente. Esta vez no es igual que las otras veces, aunque han sido pocas, han existido, pero esta vez es distinto, es fuerte y agridulce, como un trago de un fino whisky  que te embriaga, te excita y te enloquece.

He luchado contra esto, por mucho tiempo he batallado, pero hay guerras que no se ganan, y esta es una de ellas. Lo peor es tener que tragarte todo y dejarlo sin aire por dentro, tratando de asfixiar su vida y que no vuelva a respirar, pero nada de lo que hagas funciona, pues no se niega a morir, ni siquiera porque no le corresponden.

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