Tienes todo el derecho a alzar tu voz, pero trata de que tu grito de lucha no se convierta en lo mismo que intentas combatir. Si luchas contra la intolerancia trata de no convertirte en intolerante en el proceso, si tu lucha es contra la esclavitud regala libertad y no más cadenas, no te quites las cadenas a ti para ponerlas en otros. No combatas el miedo infundiendo más miedo.
Una enfermedad no se combate con otra enfermedad, si alzas tu voz contra el odio no lo hagas con odio, hazlo desde la paz y el amor, la idea es edificar y promover cambio, no cubrir un tipo de odio con otro tipo de odio. Si luchas contra el racismo no lo hagas atacando al contrario o señalando al que piensa diferente a ti, o al que tiene otra postura o otro tono de piel, ¿Si atacas, señalas, etiquetas e insultas, lastimas y hieres, e incluso golpeas, en qué te diferencias de aquello a lo que combates?
Si defiendes una causa no importa la que sea, no ataques, no grites, no lastimes y señales al que consideras contrario a ti, demuestra que eres diferente y que por eso alzas tu voz. Si apoyas la comunidad LGTBQ+ no ataques a los heterosexuales o a tus iguales, demuestra que no eres lo que otros piensan que eres y que tu lucha es porque eres un ser humano como todos y que mereces, no un trato especial, sino un trato humano.
La oscuridad no se combate o elimina con más oscuridad, hace falta mucha luz para ello. No se eliminan barreras con más barreras, no se elimina la discriminación con más discriminación. No se eliminan las mentiras colocando más mentiras. No se elimina el irrespeto con más irrespeto, ni la intolerancia con más intolerancia o la no aceptación con no aceptación.
No puedo exigir lo que no doy, no puedo pedir lo que no soy, no puedo exigir lo que no tengo. No puedo luchar contra lo que yo mismo soy, para hacerlo tengo que ser la diferencia.
No más odio, no más separación, no más división, no más etiquetas. No traspases los límites. No combatamos el problema convirtiendonos en otro problema.