Cuenta la leyenda que un hombre muy feo físicamente se había enamorado de una hermosa mujer, pero esta lo había rechazado a pesar de sus sentimientos y su bondad sólo por su apariencia. El hombre desesperado corrió al arroyo y empezó a llorar.
Un dios bondadoso que habitaba en las aguas del arroyo lo escuchó llorar y se acercó diciendo: por qué lloras criatura hermosa? - El hombre desconsolado respondió: porque la mujer que amo no me acepta por mi apariencia. - El dios bondadoso respondió: Pero si eres una criatura hermosa, tal vez no ha visto la verdadera belleza que hay en ti. - Entonces el dios bondadoso le preguntó al desconsolado hombre que si quería ver su verdadera belleza y al obtener una respuesta positiva decidió crear con un soplido mágico un espejo especial que mostrara la verdad a aquel hombre.
Sopló y dijo: Este espejo mágico te mostrará la verdadera esencia de tu interior, deseas verla? - El hombre respondió que así deseaba Que fuera, y sucedió que al pararse frente al espejo vio su verdadero ser.
El Dios bondadoso decidió entonces que le concederia a aquel hombre la dicha de ser tan hermoso como deseaba para poder ser correspondido por su amada y le preguntó: Deseas por amor convertirte en el que ves en tu reflejo? - El hombre lleno de esperanza ante tal oferta no pudo resistirse y aceptó, entonces el dios dijo: Así será entonces, al amanecer serás tan hermoso como tu reflejo en este espejo.
El hombre llorando de alegría corrió hasta su casa y se acostó a dormir más temprano que de costumbre. Al amanecer despertó con la luz del sol y corrió feliz al arroyo a volver a ver su reflejo en el espejo.
Sucedió como el dios le había dicho, estaba feliz, y para cerciorarse de que era real buscó su reflejo en las aguas del arroyo. Al comprobar que era real salió en busca de su amada para contarle lo sucedido, pero para sorprenderle decidió cubrir su rostro con una túnica oscura.
Al llegar a casa de su amada tocó la puerta y esperó, su amada salió a responder al llamado de la puerta y cuando vio este extraño hombre en su puerta preguntó quien era y que buscaba, el hombre le preguntó entonces sin descubrir su rostro: No me reconoces? - La mujer al reconocer la voz le pidió que se quitara la túnica y este accedió.
Entonces al verle le dijo: No se quien eres, aunque reconozco tu voz a ti no te reconozco - El hombre aturdido respondió: Soy yo tú amado, por amor a ti he cambiado.
La mujer se maravilló con la belleza de aquel hombre que tenía en frente y reconoció en su voz, su perfume y sus ojos al hombre que le había hablado de un intenso y maravilloso amor, y entonces respondió: Te prefiero como eras antes, pues ahora viviré con el miedo de que otra mujer más hermosa que yo me robe tu amor.